domingo, 30 de octubre de 2016

No es una noche cualquiera 6

Tampoco me sentía mejor torturándolos, noche tras noche les visitaba, entre ellos hablaban y se contaban sus experiencias, tenían miedo, se les notaba.
Sus vidas se estaban consumiendo por un secreto, el que ambos compartían y nadie decía.
Mi hermana volvía a ser ella, tenía mejor color de cara y sin ojeras; pero evitaba hablar con nuestros padres, mi madre no quería verla y mi padre, él sobrevivía.
Quería que dijesen, a mi familia que ellos me engañaron, que no les importé, pero después de tanta tortura lo único que confesaron fue lo que ninguno esperábamos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario