martes, 11 de agosto de 2015

Verdad... Verdadera.

Buenos días, buenas tardes y buenas noches. Hoy os dejo un post muy cariñoso, puede que sea por el dopaje, pero estoy súper ñoña. 
Hay días en los que te levantas y tienes la tentación de echarlo todo por la borda. Pero siempre hay alguien que te recuerda porque estás haciendo lo que haces; cumpliendo tus sueños. 
No es fácil, en el camino te encuentras piedras, grandes o pequeñas, pero eso es en todo. La vida no es fácil y quién lo tiene todo sin saber lo duro que es lograrlo jamás valorará lo que tiene.
Cuando reviso mi vida desde 1985 hasta el 2015 y veo todo lo que he logrado siendo yo misma, luchando por conseguir mis retos y todo lo que he perdido en el camino. Las lágrimas se deslizan en una batalla de sentimientos encontrados, orgullo y tristeza. 

Muchos sabéis que soy una gran lectora, se lo debo a mis padres. Mi afición por escribir vino cuando leí a Jane Austen en Orgullo y Prejuicio. Pero las horas que por desgracia pasé en el hospital (problemas familiares y ser hija única es lo que tiene) escribía sobre OVNIS, la influencia de Expediente X; más adelante me convertí en la estrella de las "fiestas de pijama" contando historias de miedo o de amor. Todas fantaseaban con mis historias y eso me hizo soñar con que un día, no sólo mis amigas, pudiesen disfrutar con mis ideas. Letras que hagan sentir lo que quiero transmitir y que la gente disfrute leyéndome.
Nunca creí que Una Locura Coqueta saldría en papel, fue una historia a la aventura que se convirtió en algo sorprendente gracias al inesperado argumento. 
Gracias a esa historia eróticamente negra, mucha gente ha vuelto a leer. Para muchas personas leerse un libro de 300 páginas les supone un reto, incluso un aburrimiento. Hay libros a los que les sobran doscientas de esas hojas. Tampoco quería que me llegasen a decir eso. Con un poco de miedo he leído críticas buenas y malas. Pero la única mala que me han dicho es que se les hace cortas, necesitan más.
Y eso es increíble y satisfactorio. Te da fuerzas para seguir y hacer que se enganchen a la aventura que tienes en mente y quieres exponer.
Yo siempre digo que cuando te expones, lo haces para lo bueno y lo malo. Las criticas pueden hacer mucho daño, no hace falta ofender para opinar. Todas las opiniones son gratificantes, incluso las negativas, ya que aprendes e intentas mejorar dando al lector lo que desea. Aunque para gustos los colores. Lo que me puede gustar a mí, puede no gustarle a mi mejor amiga. Lo que no quiero es que me regalen los oídos. Sinceridad siempre. Te puedo caer bien y no gustarte la temática de mis libros. Hay gente que sólo lee libros espirituales, pero han leído los míos y han opinado.
Yo no soy de millones de opiniones en Amazon, la gente opina en mis redes sociales. Cada vez que leo un comentario mi corazón se estremece y me siento feliz de ver que esa persona quiere volver a leer algo mío.
Han llegado a decirme que no tengo nada que envidiar a Megan Maxwell ya que algunas de sus historias son predecibles y conmigo nunca se sabe el giro que puede dar la historia.
En vuestros comentarios están los sueños de muchas de nosotras. 

En esta profesión conoces a mucha gente, lectoras sinceras que te dan su opinión y te desean lo mejor. Conoces escritoras consolidadas, unas más simpáticas que otras, y escritoras que están empezando como tú y que te apoyan y apoyas incondicionalmente.
Por desgracia encuentras a muchas personas que la envidia les corroe. Que no tienen vida propia y desprestigian a compañeras desde su blog. 
Desde mi humilde opinión, al igual que he dicho antes, se puede comentar sin dañar, sin ofender ni humillar.
Me considero autora y respeto a todas mis compañeras, unas triunfan más y otras menos. Pero todas queremos hacer realidad nuestros sueños y hacer que el lector se evada de la rutina. Creamos historias reales o irreales que llegan a muchos hogares y pueden identificarse con ellas.
El fin de una historia es el principio de muchas más.

Gracias a todas por hacer mi sueño realidad y apoyarme en mi locura.
Gracias por cada palabra y estar ahí en este camino a veces duro y otras tan mágico.

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